Soledad y teletrabajo

A raíz de la aparición del coronavirus, el teletrabajo se ha convertido en la gran solución para que muchos trabajadores pudieran seguir desempeñando su labor profesional, minimizando además el riesgo a contagiarse.

A estos se suman otros beneficios como la conciliación familiar o el ahorro de tiempo y dinero al desplazarse. Sin embargo, los últimos datos apuntan a que un gran número de las personas que trabajan desde casa sufren o han sufrido ansiedad laboral.

 

Causas más habituales


El estrés y la ansiedad laboral que se está detectando en estos casos tienen varias causas como la falta de medios para realizar su trabajo desde su vivienda, la imposibilidad de cumplir con todos los objetivos o circunstancias ambientales. Pero el motivo principal es, sin duda, la ausencia presencial del resto de componentes de la empresa. Este hecho manifiesta de distintas formas, desde malentendidos con respecto a la comunicación interna de la compañía hasta el empeoramiento de las relaciones con los compañeros, hasta ahora cordiales. Esto se produce por la ausencia de contacto físico entre compañeros, debido a la naturaleza digital de esta nueva forma de trabajo.

 

Aislados entre cuatro paredes

El confinamiento de la primavera pasada propició un tipo de teletrabajo muy concreto. No poder salir de casa hacía difícil desconectar en el tiempo libre y, sumado con el resto de aquellas circunstancias excepcionales, provocaba estrés al sentirse atrapados entre cuatro paredes.

Las circunstancias de este principio de 2021, pese a las restricciones, no impiden que la mayoría de personas salgan de casa en su tiempo libre, con lo que hacerlo es una buena manera de romper con esa sensación.

La dinámica del entorno laboral con los ruidos de la oficina, las conversaciones entre compañeros y el entorno normal de cualquier trabajo suelen provocar que el trabajador pierda concentración, pero se sienta acompañado al observar a más personas en su misma situación.

A pesar de que el teletrabajo aumenta la productividad, muchos trabajadores se encuentran solos y no pueden desahogarse o compartir las preocupaciones de su día a día. La pérdida de contacto físico y visual con los compañeros disminuye el espíritu de equipo y sentimiento de permanencia. Este inconveniente también puede desembocar en el enfriamiento de las relaciones personales y el consecuente deterioro de las laborales.

 

 

Fomentar las relaciones entre compañeros en la distancia

Para paliar esta sensación de soledad que sufren los trabajadores en remoto pueden aplicarse varias acciones que tienen como objeto acercar a los compañeros, aunque sea virtualmente. No solo las relaciones personales son importantes para nuestro bienestar, las laborales también lo son.

 

Personalizar los mensajes

Ya que los mensajes escritos por email o móvil han pasado a ser nuestra principal manera de comunicarnos, es importante cuidar su forma. En este medio no hay entonación, ni tono de voz y se propician numerosos malentendidos. Es más, por economizar palabras apenas saludamos y todo suena a exigencia.

La forma en la que los recibimos también está abierta a la subjetividad. Cuando falta información sobre el tono o intención de un mensaje, tendemos a rellenar esos huecos con el estado emocional en el que nos encontramos en ese momento. Tanto si somos emisores como receptores, es preciso ser cuidadoso, vigilar lo que escribimos y repasarlo con empatía poniéndonos en el papel del interlocutor. En ocasiones, querer ser productivo y ser demasiado directo no es lo aconsejable.

En tiempos de pandemia se recomienda humanizar los mensajes introduciendo exclamaciones, onomatopeyas de la risa e incluso iconos de cara a hacerlos más amigables y no tan fríos. Además, es importante que resulten personalizados y no que suenen a formularios sin más.

 

Videollamadas y audios

Además de aportarnos un salario, el trabajo puede producirnos satisfacción profesional y personal, porque al formar parte de un equipo junto a otras personas nos proporciona sentido de pertenencia e identidad. Por eso, se pueden aprovechar los recursos tecnológicos en forma de videollamada (además de la tradicional llamada) para tener feedback.

En cuanto al audio, si bien no se recibe el feedback en tiempo real, nos permite acercanos a la otra persona y reduce el riesgo de malentendidos. En cualquier caso se trata de conseguir una comunicación más afectiva donde poder reconocer el agradecimiento y la intención, con el fin de crear más conexión.

Por otro lado, vernos desde casa a través de la pantalla, en nuestro entorno personal y no solo como nos mostramos en la oficina, también puede acercarnos mucho. Se humaniza al otro mucho más.

 

La hora del café virtual

Las pasadas Navidades lanzamos varias iniciativas que tuvieron una buenísima acogida. Con ellas se pretendía reinvertar el concepto de cena de empresa y hacerlo online. De ahí surgieron el brindis virtual y otros eventos que permitían mantener al equipo unido en esas celebraciones tan atípicas.

En ese sentido, Zoom y otras herramientas pueden convertirse en los mejores aliados para celebrar cumpleaños, aniversarios, fechas especiales o, simplemente, la hora del café.

Se pueden agendar encuentros semanales en forma de desayuno que sean un poco estructurados, con contenido laboral, pero que también puedan ser divertidos. Aprovechando para repasar puntos de trabajo pero sin olvidarse de dar espacio a preguntar cómo estás o qué tal ha ido la semana. Una planificación en la que todo el mundo se sienta integrado. La motivación de grupo es tan importante como la individual así que se pueden buscar fórmulas como establecer turnos de palabras para que todo el mundo sea escuchado y participe por igual.

 

Delimitar la vida laboral y personal

Con los múltiples dispositivos encendidos y con la certeza de que el otro está en casa, el tiempo de confinamiento dio pie a que la barrera entre lo laboral y personal se redujera más.

Con la vista puesta en esta forma de trabajo, asegurar el bienestar de todos los miembros de la organización también pasa por construir relaciones sanas en las que los tiempos de descanso y los espacios digitales personales se respeten garantizando el derecho de desconexión digital. Relaciones construidas a base de confianza entre los diferentes miembros del equipo.

 

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