Cómo será el regreso a la oficina y el teletrabajo en 2021

El año 2021 avanza sin grandes cambios que hagan pensar en una vuelta a la normalidad a corto plazo. La pandemia hace mella en la salud mental y en el bienestar de las personas que más están sufriendo por las restricciones.

En el ámbito laboral, la imposición del teletrabajo a aquellas personas que pueden realizar sus tareas desde casa en marzo de 2020 se ha ido manteniendo más o menos activa. Es decir, si puedes trabajar desde casa, mejor que en la oficina.

Evidentemente, la cosa ya no es igual que hace un año. La gente se acostumbra rápido y ya hay una rutina y una adaptación a trabajar desde casa o a intercalar unos días en la oficina con el trabajo en remoto. Muchas empresas han optado por la rotación de puestos presenciales, mirando con celo que no se acumulen muchas personas al mismo tiempo en el mismo espacio físico.

Tras un año del confinamiento total de la población, en algunas organizaciones tienen solicitudes de trabajadores para volver a pasar su jornada laboral en la oficina. Quizá por horarios, por rutina, por salir de casa, por el ambiente propiamente laboral que se respira…

Para las empresas ha de ser fundamental garantizar, de una forma eficaz, la seguridad de todas y cada una de las personas que entren en el espacio de trabajo común. Bien sean los propios trabajadores o también los clientes o cualquier otro tipo de persona la distancia de seguridad, la ventilación y el uso de geles y mascarillas deben ser impuestos por la gerencia.

Como no sabemos cuánto va a durar esto, las organizaciones deben pensar en cómo implementar estas soluciones de seguridad no para uno el corto plazo, sino más bien para el medio.

La estrategia, en principio, es clara: hacer compaginar el trabajo en remoto con el de oficina para que la presencia en el lugar de trabajo esté cubierta y se adapten a las necesidades de cada empleado. Es decir, si una persona puede trabajar todos los días desde su casa sin problema y no requieren de su presencia en la oficina es un riesgo menos a correr por parte de la empresa.

Los problemas del aislamiento

Como decíamos, cada trabajador tiene sus circunstancias personales. Unos quizá prefieran ir a trabajar a la oficina porque se sienten más cómodos allí o porque viven solos y el trabajo es una de sus maneras de relacionarse.

La soledad es otro punto relevante que analizar consecuencia directa de la pandemia. El aislamiento social ha provocado que mucha gente que vive sola pueda pasar días sin relacionarse cara a cara con otra persona. Esto, para un ser social como es el ser humano, es algo perjudicial y puede generar ansiedad o desequilibrios en la salud mental.

Bienestar de los empleados en casa

El teletrabajo pilló a todo el mundo a contrapié. Incluso a las leyes, pues antes de 2020 no había mucha literatura en cuanto a garantías de salud, seguridad, condiciones y bienestar de los trabajadores. La poca implantación que tenía el teletrabajo en las empresas no hacía necesaria que existiera una Ley o una regulación específica para ello.

En de 2020 se publicada en el BOE el Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia. En esa nueva reglamentación se especifica qué es un trabajo en remoto, “aquel trabajo a distancia que se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación.”

Del mismo modo se establece qué tipo de contratos son los considerados como teletrabajo. Para el Real Decreto-Ley 28/2020 los contratos que conlleven teletrabajar más de un 30% de la jornada total durante 3 meses entran dentro de la categoría de trabajo a distancia.

También podemos destacar que en ese texto no aparece en ningún caso la obligatoriedad de aplicar el teletrabajo. Es decir, para que un empleado pueda trabajar de forma remota han de estar las dos partes involucradas, empresa y trabajador, en sintonía. Es un acuerdo voluntario entre las dos partes.

Evidentemente, cuando hablamos de teletrabajo podemos entrar en conflictos con horarios y disponibilidad. La nueva ley para el teletrabajo revisa estas cuestiones en profundidad, haciendo obligatoria la flexibilidad horaria pero también el control horario y el derecho a la desconexión del empleado.

Cuando hay algo tan novedoso como el teletrabajo en una sociedad poco acostumbrada a ello es normal que las prisas, la incertidumbre y las dudas sean protagonistas del día a día. La implantación del trabajo en remoto en España fue prácticamente impuesta por el confinamiento de la sociedad derivado de la pandemia. Es decir, fue por causas externas, no por decisiones empresariales o por una flexibilidad horaria enfocada a la conciliación. Hemos vivido el mayor cambio laboral en los últimos años y lo hemos superado con éxito sin prácticamente habernos entrenado para ello.

Cifras del 4%. Ese era el ratio de personas teletrabajando en España a principios de 2020. Ahora, como hemos mencionado antes, cualquier persona que pueda teletrabajar debe hacerlo para así protegerse y proteger a los demás.

¿Cómo adaptarse al Teletrabajo? concepto de experiencia digital del empleado

La nueva experiencia de los empleados ha cambiado y por lo que parece, se va a mantener en los próximos años. Las organizaciones están en constante cambio y muchas han tenido una acelerada transformación en el último año derivada de la pandemia global.

Ante esta nueva situación, los empleados han tenido que adaptarse a una nueva experiencia dentro de las empresas. También los equipos de recursos humanos, las comunicaciones y las tecnologías que aplican a los nuevos puestos de trabajo han tenido que cambiar y modificar lo tradicionalmente establecido como normal.

El trabajo en remoto al 100% o combinado con el presencial ha venido para quedarse dentro del sector servicios. Está claro que en los trabajos manuales o que requieren sí o sí de una presencialidad, como por ejemplo atención al público, poco ha cambiado salvo unas medidas de seguridad e higiene más estrictas. Pero, sobre todo en el sector terciario, el de servicios, sí que ha ocurrido un gigantesco cambio de modelos de trabajo y de experiencia laboral para el trabajador.

La supervivencia en tiempos de crisis es de los que mejor se adaptan. Ahí el reino animal nos da grandes ejemplos de adaptación al medio y a los elementos cambiantes, por eso hay animales que sobreviven y otros que no. En el mundo empresarial pasa lo mismo, hay organizaciones más rígidas que se pueden adaptar de una manera menos ágil a los cambios inesperados y que puede hacer que se quede atrás respecto a su competencia.

Hemos visto, en los últimos años, como gigantescas multinacional no supieron ver la necesidad de adaptar su forma de ver el mundo y cayeron prácticamente en el olvido. Hablamos de Kodak, de Nokia o Yahoo!, entre otras muchas, que antaño fueron empresas líderes en sus sectores y que subestimaron, por decirlo de alguna manera, el poder del cambio.

La nueva experiencia digital del empleado

Sin duda, el paso hacia delante del modelo híbrido de teletrabajo o completamente en remoto ha acelerado la necesidad de muchas empresas actualizar sus comunicaciones y tecnologías. Para que todo fluya con eficacia, los equipos y departamentos involucrados en la implementación de nuevas tecnologías de la información y comunicación deben trabajar en equipo y armonía para así, poder llegar al objetivo común.

Tener a los empleados preparados para realizar su trabajo en remoto es responsabilidad de la empresa. Así como de implementar la tecnología necesaria para llevar un control de horas trabajadas y tareas completadas.

La prioridad debe ser siempre el bienestar del empleado y más aún si está externalizado. Aquellas organizaciones que se den cuenta de que la experiencia digital del usuario es básica para potenciar la productividad y el buen ambiente dentro del trabajo tendrán una ventaja frente a sus competidores.

La flexibilidad, el teletrabajo y otras cuestiones relacionadas son ya parte fundamental en la toma de decisiones laborales, bien sea para elegir un trabajo o para abandonarlo. En otras palabras, una inversión en tecnología y en innovación es, a la larga, un mecanismo de retención del talento interno y atracción del talento externo.

En tiempos de crisis y situaciones de incertidumbre extrema como los que vivimos, retener al talento debe ser el principal objetivo de la empresa y de los departamentos de recursos humanos. Bien es cierto que hay que atraer a nuevas personas que impriman diferentes ideas y puntos de vista, pero un trabajador que lleva tiempo formando parte de la compañía tiene valores de pertenencia que los nuevos aún no poseen, de ahí que la cultura empresarial sea tan relevante.

Para llegar a conseguir una experiencia óptima en los ambientes digitales de los trabajadores es necesario un plan estratégico que implique a varios departamentos de la empresa y al conjunto de personas que teletrabajan. Solo de esta manera el conjunto de trabajadores estará en un puesto de trabajo ajustado a las necesidades actuales de la compañía y de la sociedad en general.

Como decimos, la relevancia del nuevo concepto de experiencia del empleado se debe basar en lo digital y en aportar comodidad a las personas que trabajan de forma remota. El objetivo de mejorar rendimientos y productividad de los equipos debe ir siempre con una responsabilidad, por parte de la empresa, de ofrecer las mejores condiciones posibles junto con el compromiso y trabajo de los trabajadores.

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