Incentivos no monetarios: más allá del salario

Hace unos años los trabajos se medían por el volumen de ingresos que generaban. El empleado sentía que su trabajo era mejor o peor en función de la remuneración económica que recibía y dependiendo de esto, se sentía más valorado o con mayor o menor prestigio.

 

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Poco a poco esta forma de pensar ha ido cambiando y actualmente las personas buscamos no sólo un trabajo que esté bien pagado, sino un entorno laboral que sea motivador y gratificante. Un trabajador preferirá trabajar de una cosa u otra (en la mayoría de los casos) dependiendo de sus intereses personales y familiares. Por tanto, existe una serie de condiciones que tienen que ver con el clima y el entorno laboral que influye de forma directa en la motivación y la satisfacción de los trabajadores. Estas condiciones tienen que ver con otros factores que van más allá de la remuneración salarial e incluyen aspectos que pueden condicionar a que sean más proactivos y que funcionen mejor tanto en el trabajo como en su vida personal, a esto nos referimos como salario emocional.

 

¿Qué es el salario emocional?

 

Lo que las empresas han aprendido es que tienen que orientarse hacia un nuevo modelo retributivo. Se intenta superar el tradicional sistema fijo, estático y rígido para sustituirlo por un concepto mucho más flexible.

El salario emocional tiene que ver con la conciliación de la vida laboral y profesional, la flexibilidad en los horarios, los incentivos, etc. Es decir, con todos los aspectos no económicos que puedan contribuir a mejorar la calidad de vida del empleado. El salario emocional es tan importante que se ha convertido en la dimensión más valorada a la hora de elegir un puesto de trabajo.

Aquí es donde entran los departamentos de recursos humanos, estos son los encargados de implantar este tipo de salario y que sea bien recibido tanto por empresarios como por empleados. La retribución en especie debe ser entendida por todos los que forman la empresa como una forma de retener y fidelizar talento y como una forma de captar a los mejores profesionales.

La compensación en especie es una de las alternativas elegidas por muchas empresas recientes o que han sabido actualizarse internamente. Este tipo de retribución no puede superar el 30% del salario del trabajador. Están pensadas para no entregar el dinero al trabajador para que éste vaya comprando los bienes y servicios que necesite, sino que pretenden proporcionar directamente ese bien o servicios al trabajador.

Como hemos comentado anteriormente el salario que reciben los empleados a final de mes ya no es tan importante si la empresa no ofrece otro tipo de incentivos no económicos por los cuales merezca la pena permanecer dentro de la compañía. De esta forma, se consigue que el trabajo llene moralmente las expectativas del empleado de tal forma que vea un futuro estable dentro de la compañía y no quiera cambiar.

 

¿Qué prefieren las nuevas generaciones?

 

Las nuevas generaciones tienen mucho más en cuenta y valoran la vida familiar y laboral que la remuneración salarial. Es por ello, que es la forma clave para fidelizar su talento, ya que la productividad no es algo que se base por el número de horas que el trabajador dedica en la empresa, sino en la motivación que el trabajador tenga en el momento en el que lleve a cabo sus tareas. Obviamente el dinero es un factor motivador, pero estudios demuestran que los empleados prefieren una remuneración salarial más ajustada a cambio de beneficios sociales, es decir, de salario emocional.

Los extras que las empresas ofrecen a sus empleados hacen que la mayoría trabaje de forma más feliz y motivada. Gracias a esto se crea una relación empresa/empleado en la que las dos partes ganan.

A continuación, te presentamos las diferentes formas de ofrecer salario emocional con las que podrás retener el talento dentro de tu compañía y hacer que los trabajadores se sientan cómodos realizando su trabajo:

 

Tipos de salario emocional

 

  1. Promoción interna: los empleados se sienten motivados cuando saben que pueden empezar desde abajo y llegar a lo más alto dentro de la empresa. Saben que tienen la oportunidad de ocupar puestos más altos, por eso valoran un futuro estable mejorando día tras día.
  2. Entorno laboral agradable: el buen ambiente laboral, sin conflictos, en el que todos los empleados se sienten parte de la empresa. Para ello hay que fomentar el trabajo en equipo. También hay que desarrollar una cultura de empresa, ya que es imprescindible para que el trabajador sea feliz cada día en el trabajo.
  3. Crecimiento personal y profesional: formación dentro de la propia empresa según los deseos y aspiraciones del empleado, para que pueda acceder a un puesto de trabajo mayor. De esta forma, la empresa podrá conservar el talento del empleado. 
  4. Compatibilidad de vida personal y profesional: la calidad de vida para los trabajadores implica también la calidad de vida de sus familias. Por tanto, implementar un plan de beneficios sociales con cheque guardería, seguro médico, cheque transporte, educación infantil para tus hijos u otros  tipos hacen que la vida de los empleados sea mucho más cómoda y fácil.
  5. Valores de la empresa igual al de empleados: si tanto tus empleados como tú tenéis los mismos valores será más fácil asegurar la permanencia.  Sentirán el apoyo y también que forman parte de algo en lo que creen.

Desde Up SPAIN queremos ayudarte a conseguirlo. Ya sabes que la retribución ya no es 100% económica y que debe ir acompañada de un buen ajuste de salarios emocional para poder motivar a tus empleados y retenerlos en tu empresa.

Si necesitas más información acerca de este tema, no dudes en echarle un vistazo a nuestra web.

 

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