Resiliencia para mejorar el bienestar laboral

Según la definición de la RAE, la resiliencia es la “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Es decir, la capacidad de las personas de adaptarse a un problema y salir fortalecidas de él.

Seguro que últimamente has oído hablar un millón de veces de la resiliencia y sí, desarrollar esta cualidad es vital también en el ámbito laboral.

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El cuidado del bienestar laboral está ganando cada vez más peso en las compañías. Los líderes saben que los empleados felices están más comprometidos con la empresa y mejoran sus niveles de productividad, ¿por qué no cuidar que  sus empleados trabajen en entornos laborales agradables, felices y buenos para su bienestar?

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La resiliencia juega un papel importante a la hora de promover el bienestar laboral. Las empresas que cultivan la resiliencia tienen una ventaja competitiva muy fuerte en los momentos de incertidumbre o cuando atraviesan dificultades.

El bienestar laboral se compone de varios factores clave, la resiliencia está entre ellos. No todos los problemas de salud mental son evitables pero, si en tu modelo de empresa incluyes estrategias que promuevan la resiliencia, estarás contribuyendo a salvaguardar el bienestar y la salud mental de tus empleados.

¿Y por qué es importante cuidar de la salud mental de tus empleados? Estudios afirman que las empresas que se preocupan por el bienestar psicológico de sus empleados son más productivas que aquellas que no lo hacen.

Padecer altos niveles de estrés incrementa la probabilidad de que un empleado desarrolle el síndrome burnout, con el consiguiente cansancio emocional, la pérdida de seguridad en sí mismo y la apatía. El burnout provoca un aumento en las tasas de absentismo y reduce la productividad. Absentismo y baja productividad, dos auténticos lastres para la empresa que impactarán directamente en su línea de flotación.

La resiliencia no es una habilidad innata sino que es una capacidad que se puede aprender y desarrollar. Se trata de adoptar ciertos pensamientos y actitudes que, mantenidos en el tiempo, nos transforman en personas más resilientes.

¿Cómo es una persona resiliente? Una persona capaz de gestionar sus emociones y mantenerse equilibrada frente a una situación adversa. Asimismo, este tipo de persona tiene una gran flexibilidad frente a los cambios y no se viene abajo frente a una dificultad sino que la ve como una oportunidad de mejora.

Si quieres nutrir tu resiliencia, afronta la realidad y no pierdas tiempo quejándote, busca alternativas para cambiar aquello que no te gusta.

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