¿Por qué el Black Friday es una oportunidad para las empresas que apuestan por el bienestar financiero de los empleados?

Estamos en la antesala de las fiestas navideñas y, ahora más que nunca, se agradecen iniciativas como el Black Friday para ir escribiendo la carta a los Reyes Magos, renovar el mobiliario de casa, equiparse con prendas para el invierno, darse un capricho en forma de dispositivo electrónico o comprar algo relacionado con la afición preferida.

Lleva poco tiempo con nosotros pero ya estamos aprendiendo a sacarle partido. Y es que el Black Friday es la última oportunidad de conseguir grandes descuentos antes de fin de año.

 

¿Qué es el Black Friday?

Como el de otras muchas cosas, nadie conoce a ciencia cierta su origen. De lo que no hay duda es que el Black Friday (traducido literalmente como ‘viernes negro’) nació en Estados Unidos. La fecha estimada de este acontecimiento sería el año 1975.

En aquel entonces The New York Times utilizó por vez primera esta denominación para referirse al caos producido en la Gran Manzana debido a los grandes descuentos. Sin embargo, hay otras teorías igual de creíbles que afirman que la denominación nace del cambio en los comercios de los números rojos por los números negros.

Sea como sea, lo curioso es que el Black Friday cambia de fecha cada año (al igual que el Día de la Madre o la Semana Santa). Esto es debido a que se celebra el día después de Acción de Gracias. O lo que es lo mismo, el último viernes del mes de noviembre.

Aunque no es oficialmente un día festivo, muchos empresarios estadounidenses lo contemplan como tal junto con el Día de Acción de Gracias, dándoles el día libre a sus empleados.

¿Sabrías decir desde cuándo se celebra el Black Friday en nuestro país? En España adaptamos rápidamente las tradiciones de otros lugares, sobre todo si son beneficiosas como esta. Aquí el viernes negro se celebra desde 2011, año en el que cambió la normativa que regulaba los periodos de rebajas y promociones. Su repercusión ha ido incrementándose cada año, sobre todo en el comercio online (y más aún a raíz de la pandemia del COVID-19), ampliándose varios días y generalmente todo el fin de semana.

 

¿Por qué el anticipo de nómina es una oportunidad para los empleados?

La Navidad, y con ella sus correspondientes gastos extra, está a la vuelta de la esquina. Tras ella, la cuesta de enero, la de febrero, la escapada de Semana Santa, las vacaciones de verano… Total, que cuando nos queremos dar cuenta ya hemos completado otro año sin haber podido comprar aquello que se necesita o tanta ilusión hace.

En este sentido el anticipo de nómina es una oportunidad para los empleados porque pueden adelantarse a estas fechas señaladas sin sufrir un descalabro en sus finanzas, ya que los recibos mensuales siguen pasando sea la época que sea. A esto se le suman distintos escenarios como la subida de la luz o de los precios en general así que todo es bienvenido.

 

Con UpAdelanto tus empleados toman el control sobre su salario

¿Y si permites a tus empleados acceder a su salario antes del día de cobro? Con UpAdelanto tus empleados podrán hacer frente a gastos imprevistos, reduciendo el estrés financiero y el absentismo laboral. De forma anónima, desde la app, los usuarios acceden al salario generado hasta el día de solicitud de adelanto. Nosotros nos integramos con tu gestor de nóminas, de una forma sencilla podrás tener controlado el flujo de cashflow, sin cambiar procesos de pago de nómina y reduciendo la carga de trabajo.

UpAdelanto es nuestra solución para atraer y retener el talento sin que suponga ningún coste adicional en tu empresa. Nuestra app ayudará a tus empleados a tomar mejores decisiones en materia financiera.

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Otros beneficios a tener en cuenta

Además de lo señalado anteriormente, facilitar este servicio a los empleados conlleva dos beneficios muy importantes.

Por un lado, el hecho de que evitan el estrés financiero que provoca situaciones incómodas a los trabajadores, producen dolencias y situaciones de estrés, además de afectar negativamente a su productividad. Esto se traduce a su vez en tres consecuencias como pueden ser el absentismo laboral, un bajo estado de ánimo que desemboque en depresión o ansiedad y un creciente sentimiento de inseguridad y descontrol constante que redundará en una menor productividad.

Sufrir angustia, ansiedad, estrés o depresión, además de inseguridad o descontrol provocan que disminuya el rendimiento y los niveles de productividad. Así pues, el estrés financiero provoca una disminución de la capacidad de concentración del empleado que deriva en errores que podrían haberse evitado.

Y por otro, el considerable aumento del engagement de los empleados. Pero ¿qué es el engagement? Pues no es nada más, ni nada menos, que el compromiso. Sí, el compromiso que tienen los clientes con la marca, el compromiso que se adquiere con tus empleados o, en este caso, el compromiso que los trabajadores asumen con la empresa.

Un trabajador comprometido no es sólo aquel que está contento en la empresa para la que trabaja, sino que habla de manera muy positiva de la organización, que está alineado con sus objetivos y que siempre intentará realizar esfuerzos orientados a contribuir a su éxito. Visto lo cual, merece la pena invertir en opciones que aseguren este punto.

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