La alimentación es nuestro motor por excelencia y uno de los factores que condicionan, indiscutiblemente, nuestro desarrollo físico, rendimiento y productividad.
Una persona mal alimentada verá reducida su capacidad de trabajo así como su capacidad física, que puede mermarse hasta en un 30%.
No seguir una dieta equilibrada y variada puede dar lugar a la aparición de síntomas, tanto físicos como psíquicos, como cansancio, falta de reflejos o irritabilidad. A veces pensamos que estas situaciones se deben al estrés, los problemas personales o un ritmo de vida demasiado acelerado, sin embargo, deberíamos preguntarnos ¿estamos alimentando nuestro cuerpo de manera adecuada?
Las dietas hipocalóricas son grandes enemigas del rendimiento laboral ya que disminuyen nuestras capacidades y además son perjudiciales para la salud. Asimismo, llevar una dieta desequilibrada en la que faltan alimentos básicos tiene como resultado la aparición de carencias nutritivas a medio o largo plazo.
En la otra cara de la moneda, las dietas hipercalóricas provocan sobrepeso y obesidad, aumentando el riesgo de lesiones musculares o dando lugar a trastornos más importantes como alteraciones de los niveles de azúcar en sangre o hipertensión.
En ocasiones, el ritmo de trabajo o ideas equivocadas sobre cómo bajar de peso pueden hacer que nos saltemos comidas o que solo realicemos dos ingestas diarias. Este es un gravísimo error ya que influye de forma nefasta en nuestro organismo. Es realmente importante tomarse en serio la hora de la comida e ingerir tentempiés saludables para poder tener energía a lo largo de toda la jornada laboral y poder mantener nuestro rendimiento al alza.
Es muy importante tener en cuenta el tipo de trabajo que desarrolla cada persona ya que la dieta de un perfil administrativo, cuyo trabajo es más sedentario, no podrá ser la misma que la de un trabajador de la construcción. Asimismo, aquellas personas que desempeñan trabajos en turnos rotativos deberían adaptar su dieta no solo al tipo de trabajo que desempeñen, sino también al horario.
