Decálogo para hacer frente a la astenia primaveral

Según los expertos, prevenir la astenia primaveral es difícil, ya que nuestro organismo debe adaptarse poco a poco a los cambios estacionales. Cansancio, apatía, decaimiento, somnolencia o irritabilidad son algunas de las molestias más frecuentes que muchas personas sufren en esta época del año.

A continuación te explicamos cómo reducir esas molestias que pueden terminar por perjudicar tu vida personal y laboral, así como qué hábitos hay que fomentar para recuperar la vitalidad a la mayor brevedad posible.

 

La astenia primaveral ¿un mal común?

Si bien es cierto que no existen estudios concluyentes, calculan los expertos que prácticamente la mitad de la población es susceptible de sufrir en mayor o menor grado los síntomas de ese proceso adaptativo por el que pasa nuestro cuerpo para adaptarse a la nueva estación y que comúnmente conocemos con el nombre de astenia primaveral.

 

¿Cómo reconocer la astenia?

Además del vertiginoso ritmo de la vida diaria y las preocupaciones actuales, a finales de marzo le pedimos al cuerpo un esfuerzo extra para que se adapte rápidamente a la subida de temperaturas de la primavera y al cambio de hora del último domingo del mes. Este esfuerzo termina por pasarle factura que, tarde o temprano, comienza a mostrar uno o varios síntomas muy característicos.

  • Cansancio injustificable acompañado de debilidad muscular, fatiga y falta de energía.
  • Desmotivación, apatía y sentimientos de tristeza sin causa justificada.
  • Cambios de humor, irritabilidad y nerviosismo.
  • Falta de apetito.
  • Trastornos del sueño como dificultad para dormir o disfrutar de un sueño reparador, cuya principal consecuencia es la somnolencia diurna.
  • Problemas de concentración que conllevan dificultad para realizar las actividades cotidianas habituales.
  • Dolores de cabeza frecuentes e intensos.

La astenia primaveral es un trastorno adaptativo cuyas molestias suelen ser leves o moderadas y duran pocos días. Sin embargo, al compartir sintomatología con otras enfermedades, se recomienda consultar con el médico si duran más de 2 o 3 semanas.

Decálogo de la astenia primaveral

El hecho de que asumamos que la astenia primaveral es un trastorno común y transitorio, no tiene por qué significar rendirnos frente a ella y tener que estar sin energía durante todo el tiempo que dure. Los días se hacen cuesta arriba, cuesta concentrarse y la mente se dispersa. ¿Cómo actuar para hacerle frente con éxito?

  • Realizar cinco comidas al día. Procurar hacer tres comidas principales y dos tentempiés. La pauta es que es preferible comer menos cantidad pero más a menudo. El motivo es que las comidas copiosas propician la sensación de somnolencia y disparan los niveles de glucosa. Evitar los dulces es clave ya que, si bien es cierto que aportan energía inmediata, no quitan el hambre y provocan mayor sensación de cansancio. En caso de querer un plus de energía es estupendo incluir en la dieta alimentos como el plátano o los frutos secos.
  • Vitaminas y minerales. Además la dieta debe ser completa, sana y equilibrada. Frutas, verduras de hoja verde, legumbres y cereales integrales son algunos de los ingredientes que no pueden faltar a la hora de elegir tus menús en es. Así te aseguras que tu organismo obtiene vitaminas, antioxidantes y minerales con los que combatir la fatiga.
  • Establecer rutinas. La llegada del buen tiempo y el hecho de que los días sean más largos, son la tentación perfecta para alterar nuestras rutinas como si estuviéramos de vacaciones. Aunque nos ayuda a desconectar, en realidad no compensa porque después el cuerpo debe hacer un esfuerzo mayor para recuperar el ritmo habitual y rendir en el trabajo tal como acostumbra.
  • Buena calidad del sueño. No se trata tanto de dormir sino de dormir bien. Procura dormir entre 7 y 8 horas y sucumbe a la tentación de trasnochar. Cena de forma frugal unas dos horas antes de acostarte. Tampoco es recomendable que hagas uso de pantallas y procura que la habitación tenga una temperatura agradable.
  • Sol. Una de las ventajas de tener días más largos es que puede aprovecharse la luz del sol. Eso sí, es imprescindible hacerlo siempre con protección solar, especialmente ahora que tras el uso de la mascarilla la piel puede estar algo más sensible.
  • Huir del sedentarismo. Practicar a diario ejercicio moderado al aire libre ayuda a que el cuerpo se adapta más fácilmente al cambio de estación. Caminar durante media hora es una buena manera de mantenerse activo, y en consecuencia es el mejor antídoto contra el cansancio y el decaimiento. Además favorece que el organismo libere endorfinas, los neurotransmisores responsables de generar bienestar, mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
  • Hidratación. Algunas de las causas de la deshidratación son la fatiga mental y la falta de concentración. Para evitar sufrir alguno de estos síntomas, lo mejor que se puede hacer es mantenerse hidratado bebiendo agua frecuentemente. Zumos naturales, caldos e infusiones son también una buena manera de aportar líquidos al organismo.
  • Controlar el café. Inevitablemente, una de las primeras soluciones que vienen a la cabeza para intentar despejar la mente y combatir el cansancio o la somnolencia es tomar una gran taza de café. Sin embargo, es preciso evitar abusar de café o bebidas excitantes con este fin ya que pueden tener el efecto contrario aumentando el nerviosismo y dificultando el descanso.
  • Consultar al médico. En caso necesario se puede acudir al médico quien valorará cada caso pudiendo considerar conveniente la prescripción de suplementos vitamínicos.
  • Aceptación. La astenia primaveral no deja de ser un proceso por el que ya se ha pasado en otras ocasiones. Aceptar este estado pasajero durante unos días sin darle mayor importancia es uno de los mejores consejos posibles. También es buen momento para incorporar hábitos saludables al día a día.

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