¿Estás atravesando un momento de estrés laboral? ¿No consigues desconectar y relajarte? La alimentación puede ser tu gran aliada para superar épocas en las que tienes la sensación de que las 24 horas del día no te llegan para nada. ¿Cómo? Hay alimentos que ayudan a nuestro sistema nervioso a ser más resistente frente al estrés, gracias a su aporte de magnesio, Omega-3 o selenio.
El estrés provoca un aumento de noradrenalina, una hormona del sistema nervioso central que aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco. El objetivo de esta hormona es que estemos al acecho, listos para huir o atacar en caso de necesidad. Los hombres de las cavernas necesitaban este estrés para permanecer vivos. Sin embargo, hoy en día la alerta que genera esta hormona no tiene tantas vías de escape y si no liberamos el estrés podemos padecer fatiga generalizada, dificultad para conciliar el sueño o angustia que pueden conducirnos al temido burnout.
El magnesio nos ayuda a disminuir las secreciones de los neurotransmisores del estrés. Te daremos un dato, el 80% de la población europea tiene déficit de magnesio. Y, como te hemos dicho, la falta de magnesio nos hace más sensibles al estrés.
Te vamos a enumerar algunos alimentos anti estrés que te ayudarán a permanecer en un estado relajado y Zen:
El chocolate negro. Es rico en magnesio por lo que su buena reputación como alimento anti estrés está más que merecida y probada. Pero ojo, hemos dicho negro (al menos con un 70% de cacao) no con leche. Es el cacao el que aporta el magnesio.
La cebolla. Contiene quercetina, un flavonol que, además de ser un excelente antioxidante, es un tranquilizante natural. Ya en el Antiguo Egipto la cebolla era usada para calmar las manifestaciones de nerviosismo.
La manzana. Una fruta rica en enzimas que favorecen la circulación de la sangre, rica en potasio, vitaminas A, B1 y B2 y fósforo, que combaten el estrés y la fatiga.
Pescado azul. Salmón, atún, sardinas, caballa… todos estos pescados son ricos en Omega-3, indispensable para nuestro organismo. Nos aportan lo que llamamos “grasas buenas”. Nutrientes que nos ayudan a ralentizar la producción de hormonas transmisoras del estrés y aumentan las hormonas del buen humor. Nuestro cerebro está compuesto al menos por un 5% de Omega-3.
Queso fresco. Tiene poca grasa pero es rico en proteínas y calcio. Además de ayudar a controlar el estrés, fortalece el sistema nervioso.
Tofu. Rico en calcio, magnesio y triptófano, es muy eficaz para combatir la depresión. Igualmente, ayuda a la circulación de la sangre y combate la anemia.
Como ves, alimentarte bien es una gran ayuda para mantener el estrés a raya. Pero no solo eso, una buena alimentación es clave para ser más productivos, más creativos, estar más motivados y, en general, es necesaria para cualquier aspecto de nuestra vida, personal o profesional. Por eso es importante que no descuides las pausas de la comida y que respetes los momentos destinados a comer.
