El síndrome burn out en época de coronavirus

El desgaste profesional, conocido como síndrome de burnout fue incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y entrará en vigor el 1 de enero de 2022. Se encuentra dentro de las enfermedades asociadas al trabajo y se describe más en profundidad como un agotamiento físico y mental debido al estrés crónico asociado con el trabajo y el desempleo.

Para la OMS el síndrome se caracteriza por tres aspectos: tener sensación de falta de energía o agotamiento; aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo; y eficacia profesional reducida. Según matizó el organismo, el próximo paso será que médicos y especialistas hagan hincapié en las medidas de prevención y tratamiento.

 

Qué es el burn out

El burn out es el resultado continuado de esos tres factores. Para que alguien lo padezca debe sufrir primero un agotamiento vinculado al trabajo que no se recupera ni con el descanso. En segundo lugar se convierte en una especie de robot, cuya primera consecuencia es la deshumanización del contacto con otros profesionales. Y en tercer lugar, la perspectiva de realización en el trabajo baja a cero.

A raíz de la pandemia todo se ha acrecentado. Temer perder el trabajo produce angustia y estrés y hace que muchos aguanten situaciones que hace unos años no hubieran tolerado. Toca hacer mención especial a los trabajadores que ya tienen cierta edad, a quienes les costaría más encontrar un nuevo trabajo. A esto se le suman hipotecas, hijos y otras situaciones similares. En el caso de los trabajadores jóvenes la cosa es distinta pero la sensación es la misma.

 

Un proceso que termina por normalizarse

Aunque a veces sea así, estar quemado laboralmente hablando no implica que no te guste tu trabajo. Se habla también de personas que disfrutan con él, que han estado muy motivadas pero a quienes la situación actual termina por pasar factura.

El trabajador no identifica los síntomas como tóxicos, ya que da la sensación de que todo el mundo está igual. Luego normaliza esta idea, va aguantando y de repente estalla. La pandemia ha venido a complicar un panorama que ya era complicado de por sí. Y es que la falta de desconexión digital, sea por ordenador o teléfono, está afectando negativamente a mucha gente.

Existe una prueba científicamente aceptada para evidenciar el síndrome. El test de Maslach que se hace en 15 minutos e incide en el cansancio emocional, la despersonalización y la ausencia de realización personal. También hay otras cuestiones que lo indican como estar dándole vueltas constantemente a conflictos laborales o sufrir signos físicos como acidez de estómago o bruxismo. La sensibilidad ante este síndrome es escasa porque todavía no se entiende bien. La mayor parte de la gente cree que esa presión y ese estrés van implícitos en el sueldo. En realidad es un exceso de tensión mantenido en el tiempo, algo que nadie puede soportar.

 

Cómo enfocar el trabajo

Para no caer en el síndrome conocido popularmente como “estar quemado”, mantener una actitud positiva en el trabajo es tan importante como mejorar la formación o practicar hábitos saludables.

La negatividad dentro de un equipo es contagiosa. Si a esa actitud se le suman las quejas constantes desembocará en emociones negativas que acabarán impactando directamente en la productividad, el bienestar y la felicidad.

Las personas más exitosas son aquellas que mantienen siempre una actitud positiva y de confianza, incluso cuando todo parece venirse abajo irremediablemente. Si te encanta lo que haces y disfrutas con tu trabajo, evidentemente, es más fácil. Sin embargo, no todas las personas trabajan en algo que les apasiona. Aunque en este caso es más difícil mantenerse positivo pero puede trabajarse.

 

5 gestos que te ayudarán a ser más positivo en el trabajo

A continuación te desgranamos cinco gestos sencillos que contribuirán a aumentar tu actitud positiva.

  • Ser optimista. La base de todo. Céntrate en tus emociones positivas e intenta transmitirlas en todo lo que haces.
  • Evitar conflictos. Mantente en tu línea, centrado en el trabajo y procurando no entrar en situaciones de las que luego te costará salir. Por supuesto, procura no involucrarte en discusiones ajenas. En caso de no poder evitarlo no compliques la situación y mantén el foco en lo que realmente hay que hacer.
  • Concentrarse. Evita la dispersión y céntrate en lo que estás haciendo. Si estás en una reunión participa, aporta tu punto de vista si lo consideras conveniente y mantén el contacto visual con tus interlocutores en todo momento.
  • Aceptar las críticas. Todos tenemos que lidiar con comentarios sobre nuestro trabajo. Evidentemente, ponerse a la defensiva y lanzar ataques no es recomendable. Cuando estés enfadado no mandes 8. Cuida tus comunicaciones por e-mail. Procura no enviar correos electrónicos cuando estés enfadado. Ciertas situaciones se manejan mejor con la cabeza fría, especialmente en el ámbito laboral.
  • Espíritu de equipo. Pasa tiempo con tus compañeros para conocerles mejor y construir equipo. Felicita a tus compañeros un trabajo bien hecho y, cuando sea tu momento de recibir felicitaciones, asegúrate de mencionar a aquellos miembros del equipo que han contribuido a tu éxito.
  • Adaptarse a los cambios. Aunque ya te hayas acostumbrado a un método de trabajo las cosas cambian. Debes adaptarte para seguir adelante. Al principio te costará pero ya habrás dado el primer paso.

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