Cómo gestionar la ansiedad durante el confinamiento

Llevamos varias semanas en casa y puede que esta situación comience a pasar cierta factura. La preocupación, la incertidumbre, el teletrabajo, la conciliación, las tareas domésticas y, en definitiva, no poder salir en algún momento pueden provocarte cierta ansiedad. ¿Cómo hacerle frente?

Una respuesta natural

Ante una situación complicada como la que vivimos, el organismo responde con una serie de mecanismos fisiológicos y cognitivos originados en el sistema nervioso. Este sistema se compone sobre todo de neuronas y los neurotransmisores que las comunican.

A grandes rasgos podría decirse que la ansiedad es una respuesta natural del organismo al querer adaptarse a las distintas situaciones que se nos plantean. La suma de todas las circunstancias anteriores puede traer consigo una gran sensación de frustración así como otros síntomas (insomnio, dolores musculares, desorden alimenticio, excesivo perfeccionamiento, inseguridad, vulnerabilidad, aparición de miedos nuevos.)

 

Aprender a gestionarla

Ante una situación con tanta incertidumbre lo mejor es tratar de respetar las rutinas. Este sencillo gesto contribuirá a mantener cierto orden y una consiguiente seguridad. Ahora que te ahorras los desplazamientos, procura despertarte a tu hora y de forma pausada. Las prisas no son buenas aliadas para luchar contra el estrés y la ansiedad ya que aceleran el ritmo cardíaco.

 

Ansiedad y hambre

Sentir hambre suele ser uno de los factores que predispone a la ansiedad. Realizar un desayuno completo, nutritivo y equilibrado es importante para mantenerla a raya y evitar el desorden en las comidas que, además, podría tener consecuencias negativas en el sistema digestivo.

Ahora que teletrabajas, las visitas a la nevera son un doble riesgo. No sólo pueden afectar a tu salud, tal como hemos visto hasta ahora, sino que también pueden influir en tu productividad.

Cuando notes que necesitas un tentempié para reponer fuerzas prueba a tomar frutos secos, uno de los alimentos más recomendados por los nutricionistas en este sentido. Este grupo de alimentos contienen ácidos grasos insaturados considerados saludables. Además de ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre, ayudan a desarrollar la memoria y son considerados antidepresivos.

El chocolate negro es otro de tus grandes aliados en momentos de estrés y ansiedad ya que contribuye a aumentar los niveles de serotonina. Una onza te bastará para notar su efecto estimulante.

Cuando sientas necesidad de azúcar, prueba a tomar fruta. Además de contener agua, vitaminas, minerales y fibra te aportan ese toque dulce natural tan saludable. Se recomienda apostar por las frutas de temporada ya que se encuentran en su punto óptimo de consumo.

Aguacate, aceite de oliva, pescados azules… todos estos alimentos son ricos en Omega-3. Estos ácidos grasos contribuyen a mejorar el bienestar emocional y a tratar los problemas de ansiedad.

Por último, las legumbres son unos de los alimentos más completos nutricionalmente y muy recomendables en caso de ansiedad ya que su contenido en fibra ayuda a tener un efecto saciante.

 

La música, una gran aliada

La música tiene un efecto rápido en la mayoría de las personas, especialmente en sus emociones. Si lo que necesitas es calmar la mente y relajar los músculos, un ritmo lento te ayudará a ello. La música es un bálsamo para el cuerpo, muy efectiva para la relajación y el manejo del estrés.

¿Funciona la misma música con todos? Evidentemente no. Cada persona debe explorar distintas melodías para dar con la que mejor le funcione. De hecho, obligarse a escuchar una música de relajación puede llegar a resultar irritable y crear tensión.

Los sonidos de la naturaleza como lluvia o truenos también pueden llevar a la mente a ese estado de calma, particularmente cuando se mezclan con otros estilos como el jazz ligero, la música clásica o melodías actuales fáciles de escuchar. 

 

Flexibilidad con uno mismo y con los demás

Estamos ante una situación complicada y difícil que ya de por sí puede generar un alto nivel de ansiedad. Una mala contestación o irritabilidad son algunas de las respuestas más habituales del organismo cuando se encuentra agobiado. Además de no solucionar el problema, esa reacción espontánea traerá tal sensación de culpabilidad que no hará sino hacer que te sientas peor.

Afrontar la conviviencia con una mentalidad serena nos va a ayudar tanto a nosotros como a nuestro entorno, especialmente ahora que nuestra vida laboral y personal confluyen en el mismo escenario. Adoptar una mentalidad positiva nos ayuda a darnos cuenta de que cada cambio viene acompañado de oportunidades de aprendizaje y mejora.

Habla con tu familia tranquilamente y explícales la situación. Aprende a delegar en ellos y encuentra un rato para ti todos los días para aplicar distintas técnicas de relajación. La meditación y la respiración profunda te ayudarán a solventar los picos de ansiedad.

Una rutina saludable

Dormir las horas suficientes y levantarte descansado es imprescindible para no padecer ansiedad. Una mente cansada impide la claridad del pensamiento. Sentirte despierto te ayudará a rendir al máximo en tu trabajo y a tener más paciencia con los demás.

 

Disfrutar de un estilo de vida saludable adaptándolo al confinamiento (buena alimentación, ejercicio físico habitual, descanso satisfactorio y evitar alcohol y tabaco), organizarte con tiempo (procura levantarte antes que el resto de la familia para adelantar tareas), fomentar relaciones sociales sanas (aunque sea por videollamada), evitar pensamientos negativos, relativizar los momentos menos buenos y aceptar las cosas como vienen son algunas de las recomendaciones más efectivas para ganarle la partida.

 

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