Apostar por la transformación digital para solventar los tiempos de crisis

La situación global es complicada. En plena pandemia por el coronavirus, las empresas se han visto involucradas en un huracán de complejas situaciones difícilmente predecibles a finales del año pasado.

Este 2020 se ha convertido en un desafío constante para todas las personas que forman parte de las organizaciones. En todos los niveles jerárquicos, el COVID-19 ha sido el centro de conversaciones, preocupaciones, cambios de planes, innovaciones y también malas noticias.

Se avecinan tiempos inciertos, donde las perspectivas económicas no son nada positivas dentro del corto plazo, sobre todo en sectores como el turismo y la hostelería. La flexibilidad y la adaptación a los cambios será la clave del éxito para las empresas. Dentro de las organizaciones, los recursos humanos han tenido que dejarse la piel para afrontar los desafíos, prácticamente diarios, que se les presentaban:

  • Respuesta rápida para agilizar el cambio hacia nuevas formas de trabajar, como por ejemplo la aplicación del teletrabajo.
  • Ajuste y aprendizaje de nuevos protocolos de seguridad, prevención de riesgos y salud.
  • Ayudar a los empleados a mantener la moral alta en momentos difíciles.
  • Cambios en la forma de reclutar
  • Regreso a la oficina con todos sus condicionantes.

En definitiva, las organizaciones se han enfrentado a desafíos constantes en lo que va de 2020 y la respuesta de las personas que se encargar de gestionar los recursos humanos ha sido positiva.

Tiempos complicados

El panorama social y económico no parece el mejor de la última década. Todos los indicadores de la economía mundial pronostican que los próximos meses serán complicados, pues los efectos de la pandemia no han desaparecido, ni mucho menos. A la espera de una vacuna y su distribución, las ayudas públicas a los afectados por el coronavirus parecen escasas para el mal que ha provocado, pues son miles de negocios los que han tenido, en un grado u otro, que modificar su actividad normal.

La flexibilidad, la adaptabilidad y la transformación digital serán los tres elementos clave para poder sobrevivir en estos tiempos.

El confinamiento masivo de la población provocó que muchas empresas entraran en la transformación digital de forma rápida pero precipitada. Sin estar preparadas para dar el salto hacia lo digital, dejando atrás modelos anticuados de tiempos pasados.

Todo el mundo habla del teletrabajo, pero eso es solo un peldaño de la infinita escalera que supone una transformación global como empresa hacia un entorno y presencia digital.

Los pasos hacia un futuro digital

Como para todo cambio, se necesitan precisos análisis internos que determinen los caminos a seguir, las áreas a reforzar y los equipos de trabajo que deben llevar el peso de la transformación.

Los equipos, herramientas, programas y, en general, todo lo que sea potencialmente digital se ha de ir implantando para que las personas de la plantilla puedan familiarizarse con ellos, aprendan a manejarlos mediante formación y puedan ser más eficaces en sus labores.

Una de las grandes ventajas que tiene la implantación de aplicaciones digitales es la medición. El control por parte de las empresas de la productividad, los tiempos y la eficiencia de cada departamento o sección es total, pudiendo retocar cualquier tipo de desajuste que se produjera de manera rápida.

La anticipación y rápida actuación en cuestiones de productividad es la mejor forma de darle al empleado lo que necesita. Hablamos de descanso, formación, apoyo psicológico… En definitiva, apostar por la transformación digital es apostar por una empresa moderna, donde los empleados deben ser parte fundamental del crecimiento.

Los líderes como impulsores del cambio

El cambio de enfoque debe nacer de la dirección, pues los líderes empresariales y aquellas personas con poder para tomar decisiones son los que deben iniciar el camino hacia un entorno laboral plenamente digital

Dentro de las empresas, la comunicación debe estar abierta a todos, para que cualquier empleado pueda dar y recibir el apoyo de sus compañeros. Las redes de comunicación bidireccionales son un gran apoyo para construir una cultura empresarial más inclusiva y participativa. El simple hecho de tener a todos los integrantes todos los empleados puedan recibir el apoyo que necesitan para prosperar. Estas redes también jugarán un papel importante en la creación de una cultura más inclusiva.

Para crear esos ambientes igualitarios, basta por comenzar a ser más visible y accesibles para el resto de los empleados de la organización.

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