Hoy es 31 de mayo, el Día Mundial sin Tabaco. Es el día escogido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para poner en valor la importancia de erradicar el consumo de tabaco en favor de la salud, la prosperidad, el medio ambiente y el desarrollo de los países.
7 millones de personas mueren cada año en el mundo como consecuencia del tabaquismo, en torno a 890.000 de estas muertes son de personas no fumadoras expuestas al tabaco ajeno. Según las previsiones, esta cifra aumentará hasta más de 8 millones de muertes anuales en 2030 si no se toman medidas para rebajar el consumo de tabaco. Según investigaciones de la OMS, una persona que comience a fumar en la adolescencia (más del 70% de los fumadores lo hacen) y siga fumando a lo largo de 20 años, vivirá entre 20 y 25 años menos que una persona que nunca ha fumado.
Si nos centramos en España, el 21% de la población fuma habitualmente y la cifra de muertes consecuencia de esta epidemia asciende a 52.000 personas al año. Cada español fuma de media 1.264 cigarrillos al año y gasta una media de 282,39 euros anuales.
El cáncer de pulmón es la consecuencia más grave y conocida (además de la más frecuente) entre los fumadores. Sin embargo, el tabaco provoca otros efectos secundarios como cataratas, cardiopatías, osteoporosis, pérdida de oído o úlceras de estómago.
Sin duda, son datos nefastos para la salud de las personas. Sin embargo, la salud no es la única afectada cuando hablamos de tabaquismo. Este hábito también es una auténtica lacra para la economía, la del consumidor, la de las empresas y la de los países, consumiendo cerca del 6% del gasto sanitario. Otro estudio publicado por la OMS concluye que el tabaquismo le cuesta al mundo un total de 950.000 millones de euros en costes sanitarios y de productividad.
Y es que el tabaco también afecta a la productividad de las personas. Las personas que fuman habitualmente tienen más posibilidades de caer enfermas, aumentando su porcentaje de ausentismo. Según el estudio ‘Costes derivados del uso de servicios sanitarios y bajas laborales en pacientes fumadores” del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), los fumadores presentan una media de once días de baja laboral anuales, frente a la media de siete días de los no fumadores.
El coste de un trabajador fumador para una empresa puede alcanzar más de 2.000 euros anuales en términos de productividad y absentismo laboral. Además, hay que añadir el tiempo que estos trabajadores invierten en abandonar su puesto de trabajo para salir a fumar, que se traduce en aproximadamente una reducción del 17% respecto al tiempo trabajado por una persona no fumadora.
Se ha comprobado que dejar de fumar supone un aumento de un 4,5% en productividad laboral.
Es importante que las empresas promuevan una cultura de vida sana, no solo en términos de alimentación saludable y práctica de deporte, sino también en la lucha contra el tabaquismo, que entraña graves riesgos para la salud de sus empleados, su productividad y su economía.