Cómo aumentar la productividad con un buen uso de la luz

Son muchos los factores que afectan a la productividad: la motivación, la cultura corporativa, el bienestar o los hábitos saludables son solo algunas de ellas. La luz es otra de las variables a añadir a esta ecuación.

Existen estudios que demuestran que la productividad y el confort del trabajador aumentan con una buena iluminación. La iluminación adecuada nos ayuda a mejorar la concentración y reduce considerablemente el riesgo de cometer fallos o de padecer problemas como jaquecas y agotamiento, evitando además los accidentes laborales.

Así, disponer de espacios correctamente iluminados debería ser una de las prioridades de cualquier compañía ya que la productividad de sus empleados puede aumentar hasta un 5%.

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Es necesario identificar qué tipo de actividades se desarrollan en cada espacio y adecuar así el nivel de luz necesario para que el trabajador se sienta cómodo y pueda desempeñar sus tareas de forma adecuada. Tan negativo es un mal uso de la luz por defecto como por exceso.

A continuación, os enumeramos algunas pautas que pueden mejorar las condiciones lumínicas en los espacios de trabajo:

  1. Aprovechar al máximo la luz natural. Eso sí, cuidando que los rayos solares no lleguen directamente a la superficie de trabajo.
  2. En los puestos de trabajo mejor optar por fluorescentes ya que emiten menos calor.
  3. La iluminación del techo debe estar a los costados del puesto de trabajo y dirigida oblicuamente.
  4. Las paredes y los techos blancos ayudarán a reflejar la luz.
  5. Es recomendable combinar una iluminación más general con focos más locales.
  6. Es importante disponer de focos que se puedan regular individualmente para que cada trabajador pueda controlar la luz y adaptarla a las necesidades de cada momento.

 

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