El “arte” de saber mandar

Ser responsable de un equipo no es tarea fácil al igual que tampoco lo es trabajar coordinadamente con varias personas. Muchos managers carecen de experiencia para este tipo de gestión pero como en todo, el día a día se lo irá dando. Lo preocupante es cuando los errores vienen por asuntos más serios como la carencia de valores y sensibilidad y la falta de comunicación con los integrantes de su equipo. Algunos de estos errores más frecuentes son:

–No interesarse por la vida personal de los empleados: No se trata de ser el “mejor amigo” del empleado pero si tener un mínimo de interés por la situación de cada uno. Esto nos hace conocer sus necesidades y entender su estado de ánimo.

–Ser poco claro con el equipo: A la hora de dar directrices e instrucciones se debe ser lo más claro posible para que no haya dudas de las tareas a realizar ni lo que se espera de cada uno.

–No confiar en las posibilidades del equipo: Revisar cada detalle o no ser capaz de delegar tareas por miedo a que se hagan mal genera un clima de desconfianza en el equipo y puede hacer que se generalice la desmotivación y los trabajadores no dediquen el tiempo y esfuerzo necesarios.

–Tomar decisiones sin pedir opiniones: Si los trabajadores se dan cuenta que sus ideas y propuestas no tienen valor ni se tienen en cuenta, acabarán por perder la motivación.

–No saber reaccionar ante los problemas: Un manager debe ser capaz de detectar problemas y buscar soluciones antes que la cosa sea irrecuperable. Nunca dejar que los conflictos entre empleados, por ejemplo, se resuelvan solos.

-Los favoritismos: Si el responsable de un equipo muestra diferencias entre los trabajadores, al final serán los propios miembros del grupo quienes las hagan entre ellos. Siempre habrá más afinidad a nivel personal con unos que con otros pero no debe afectar a la relación profesional.

El siguiente vídeo muestra los valores de un equipo y cómo potenciándolos y mimándolos, el éxito está asegurado en determinadas ocasiones.