La primavera es una estación de transición marcada por varios hitos como son el cambio de hora, la astenia estacional y las alergias. Si a esto le sumamos la pandemia del coronavirus que ya lleva un año con nosotros, es razón más que suficiente para revisar nuestro estilo de vida y poner a punto el organismo.
¿Qué pasa en primavera?
Con el inicio de la estación, la vitalidad deja paso a la apatía, el cansancio y cierta tristeza. Según una encuesta de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), esto le ocurre a 4 de cada 10 personas, principalmente mujeres.
Los días son más largos, las temperaturas más agradables y el organismo debe adaptarse a esas nuevas condiciones externas. Todo este esfuerzo inesperado puede alterar nuestro equilibrio interno.
Por otro lado, hay quienes opinan que el cambio climático puede estar favoreciendo la astenia primaveral. No en vano, actualmente es habitual que el paso de los meses fríos a los calurosos sea más brusco, y eso puede dificultar aún más el trabajo de adaptación de nuestro organismo.
El cambio de hora
Uno de los hitos que marca la primavera, y ante el que muchos comienzan a temblar, es el cambio de hora que tiene lugar el último domingo de marzo.
Son muchas las personas que notan sus efectos, aunque puede variar la intensidad con que cada una lo percibe. Decaimiento, fatiga, apatía, falta de apetito, problemas de concentración e irritabilidad pueden ser algunas de sus consecuencias.
Aceptar estas sensaciones en vez de intentar luchar en vano hará que el propio cuerpo se regule ante ellas. En caso de no notar mejoría en unos días, se recomienda consultar al médico, quien hará una valoración del estado general prescribiendo algún aporte vitamínico extra en caso de necesitarlo.
¿Te cuesta dormir?
Los ojos cuentan con unos receptores que perciben la luz solar y, según de la cantidad que detectan, mandan al cerebro la orden de fabricar más o menos melatonina (la hormona del sueño). A más cantidad de luz, menos melatonina fabricamos. Esta es una de las razones por las que por las mañanas te sientas sin fuerza para afrontar el día.
Otro de los responsables de este cansancio sería el hipotálamo. Esta glándula del cerebro es responsable de sincronizar un gran número de funciones del cuerpo teniendo en cuenta las señales que recibe del exterior. Puede suceder que al comenzar la estación, mientras el cuerpo se reajusta, el hipotálamo se altere y fabrique menos serotonina y menos endorfinas, hormonas ligadas a la vitalidad. De ahí que a veces se tenga la sensación de falta de bienestar´.
Las claves para combatir la astenia
Aunque no está reconocida como trastorno de salud, son muchas las personas que sufren las consecuencias del cambio de estación. Poco falta para que la astenia primaveral haga acto de presencia pero con las siguientes claves puedes hacerle frente.
- Actívate al levantarte: estiramientos, yoga o una sencilla tabla. El ejercicio es el responsable de que generemos endorfinas, la llamada hormona de la felicidad que se encuentra estrechamente ligada a la sensación de vitalidad.
- A la ducha: una de las formas más efectivas para activar la circulación y, por lo tanto, de hacer llegar más oxígeno y energía a todas las células de tu cuerpo.
- Intercala descansos: entre tareas haz estiramientos siempre que puedas y aprovecha para caminar cuando tengas la oportunidad.
- Gestiona el estrés: un gran aliado de la astenia primaveral. Si tus tareas pendientes sobrepasan el tiempo real que tienes para llevarlas a cabo, prioriza y no sobrecargues tu agenda, o te pasará factura.
- Ojo a los alimentos procesados: según un estudio publicado por la American Heart Association, abusar de refrescos, cremas, salsas, bollerías, salchichas y otros preparados cárnicos puede alterar el funcionamiento de un gran número de genes encargados de transformar los ácidos grasos en energía, haciendo que la aprovechemos menos.
Las vitaminas, grandes aliadas
Las vitaminas y minerales de las frutas son indispensables para llevar una dieta equilibrada con la que combatir las consecuencias del cambio de hora y los síntomas de la famosa astenia primaveral, como el decaimiento, la fatiga, la falta de apetito, la irritabilidad, la apatía o los problemas de concentración.
- La vitamina A regula el sistema inmunitario y protege a la piel de las infecciones. Inclúyela en tu dieta a través del consumo de huevos, leche, cereales, zanahorias, batata, espinacas, col rizada, pimientos rojos y albaricoques.
- Por su parte, la vitamina C estimula la formación de anticuerpos aumentando la inmunidad. La encontrarás en los cítricos, las fresas, el tomate, el pimiento rojo, la papaya y los cereales.
- La vitamina E funciona como antioxidante, neutraliza los radicales libres y puede contribuir a mejorar la función inmunológica. La encontrarás en cereales, almendras, avellanas, cacahuetes, aceites vegetales y semillas de girasol.
El sistema inmunitario es la base de la salud. No sólo desempeña un papel importante en el bienestar físico sino que también influye a nivel psicólogo. Su misión es protegernos de todo aquello potencialmente dañino como virus, bacterias o productos tóxicos entre otros, atacando a los organismos y sustancias invasoras cuando entran en el cuerpo.
Estos son algunas de las razones por las que resulta especialmente importante asegurarse de que se encuentra en las mejores condiciones. Prestarle un poco más de atención ayudará a que nos sintamos mejor. Además, hay que contar con el hecho de que la mayoría de la población se encuentra más sensible como consecuencia de la pandemia del coronavirus, así que toca cuidarse pero siendo flexibles con nosotros mismos.