Ayer conocíamos la noticia, la selección de rugby de Nueva Zelanda recibirá en octubre el premio Princesa de Asturias de los Deportes 2017. Pero, ¿qué hace a la selección neozelandesa merecedora de este galardón? Te vamos a dar algunos datos:
1. Es el equipo que más partidos ha ganado en la historia del rugby
2. Ha ganado más del 70% de los partidos disputados
3. Está entre los mejores equipos de cualquier deporte a lo largo de la historia
4. Desde 2005, ha sido elegido como mejor equipo del año en siete ocasiones
5. Cuatro de sus integrantes han recibido el premio al mejor jugador del año
6. Quince de ellos han sido incluidos en el Salón de la Fama del Rugby
Si trasladásemos estos resultados al panorama empresarial, sin duda estaríamos hablando de un equipo altamente productivo que cualquier líder querría tener en su compañía. Pero, ¿qué hace que los All Blacks consigan unos resultados tan envidiables?
Te guste el rugby o no, seguro que has visto en alguna ocasión el ritual que llevan a cabo los legendarios All Blacks antes de cada partido: su danza “Haka”. El haka es una danza de guerra tribal maorí que los jugadores escenifican para intimidar al equipo rival.
Los All Blacks son un equipo, piensan como un equipo, juegan como un equipo e incluso bailan como un equipo. Sin duda, este es uno de los secretos de su éxito pero, ¿de qué otras prácticas se alimenta su éxito? El autor James Kerr se adentró hace unos años en el corazón del equipo neozelandés para descubrir las claves de su liderazgo, plasmándolas después en su libro “Legacy, 15 lecciones de liderazgo de los All Blacks” y que son realmente útiles y aplicables para cualquier empresa. Te vamos a mostrar algunos de los secretos de los All Blacks.
Algunas claves de liderazgo All Black que te conducirán al éxito
El carácter de los jugadores se va forjando sobre 3 pilares: la humildad, la pertenencia a un grupo y el pensamiento crítico.
La humildad forma parte de la cultura maorí y así se refleja en el vestuario de los All Blacks, donde los más veteranos son los primeros en pasar la escoba si hace falta.
Su uniforme es otro de sus símbolos, jueguen en casa o en el campo del rival, visten la misma camiseta del mismo color y con el mismo diseño. Se trata de identificarse, de sentirse parte de un grupo que defiende unos colores y unos símbolos.
Sus dirigentes fomentan que los jugadores se hagan preguntas y expresen sus opiniones sobre cómo se pueden mejorar las cosas. La comunicación es clave para el buen funcionamiento de un equipo, sea deportivo o en el terreno empresarial.
El equipo aprende a adaptarse a las situaciones cambiantes. Se prioriza el desarrollo personal de los jugadores y se les implica en los procesos de decisión en aras de evolucionar.
Los líderes del equipo tratan siempre de encontrar qué es aquello que motiva a sus jugadores, buscan crear una sensación de integración y unidad. ¿Cómo lo consiguen? Los jugadores tienen claro su papel y su misión. Pertenecen a un equipo con mucha historia, son un símbolo que representa su país en el resto del mundo y ellos deben transmitir esta herencia a los nuevos jugadores.
Los dirigentes del equipo fomentan el aprendizaje de sus jugadores, la adquisición de nuevos conocimientos. La formación es importante en cualquier ámbito. El aprendizaje siempre va a acarrear mejores resultados. Los All Blacks se entrenan de manera regular e intensiva para ganar. Se forman y aprenden para hacer las cosas mejor a diario. La formación en la empresa no debe ser algo puntual que se limite a determinadas jornadas al año. La formación debe ser constante, regular, intensiva.
Estas son solo algunas de las 15 lecciones que recoge James Kerr en su libro. Lecciones que giran en torno a la cultura de equipo que ellos mismos decidieron denominar “Cultura All Black” y que resume una frase: “Mejores personas hacen mejores All Blacks”.
Como ellos mismos dicen, ser un All Black es un honor, no un trabajo. ¿Qué compañía no querría que sus trabajadores afirmaran lo mismo?
