La suerte en el trabajo

A diferencia de nuestros padres, la formación, la experiencia o los idiomas han dejado de ser un pase seguro para la obtención del trabajo de nuestros sueños.

Ya no basta con tener un master para ascender dentro de la empresa en la que estamos, Ahora se necesita algo más.

Unos dicen que lo que se necesita realmente es suerte. Otros sin querer quitar la razón a los primeros dicen que la suerte se construye, no se tiene.

Los primeros vuelcan sus esperanzas en el mes que está a punto de comenzar, esperando que las uvas les abra la puerta a esa oportunidad que llevan tiempo buscando.

Los segundos no confían en la lotería de Navidad o en las uvas de la suerte, y prefieren comenzar a construir su propia suerte.

Para ello tienen muy en cuenta las siguientes claves:

Tener claro lo que quieres

Tener un objetivo claro en la vida es indispensable para crear las circunstancias adecuadas y tener buena suerte. Cuando digo tener un objetivo claro, quiero decir tenerlo definido con el mayor número de detalles posible. Qué quieres, cómo lo quieres conseguir, cuándo lo quieres.

Por ejemplo Escribe una carta a una amiga/o figurada, en la que le cuentas como está tu vida. Lo que le vas a contar es la vida que tú deseas tener.

Redacta la carta con todos los detalles: dónde vives (lugar, tamaño, características del hogar, sonidos, olores, muebles, colores, número de habitaciones, número de baños). Si tienes pareja, hijos, cuántos, sus nombres. A qué te dedicas, dónde está tu lugar de trabajo, cómo está amueblada tu oficina, el dinero que quieres ganar etc…

Fecha la carta el día que quieres haber alcanzado todo lo que relatas. Cuéntale también a tu amiga/o, como te sientes por haber conseguido todo lo que has puesto.

Establece un plan para llegar

Cuando ya sabes a dónde quieres llegar, es hora de diseñar tu plan de acción para conseguirlo. El plan de acción es el camino que has de seguir para llegar desde donde estás ahora a dónde quieres estar en el futuro.

Comienza con un plan de acción general, que será menos detallado, ya que habrá imprevistos y muchas de las cosas se irán viendo por el camino. Luego divide ese plan general en etapas.

Una vez dividido en etapas, es el momento de concretar con detalle la primera etapa y los primeros pasos a dar.

No esperes el momento perfecto

Hay una frase que se ha hecho muy habitual en estos tiempos de incertidumbre: Ahora no es el momento. Y tal vez ese momento perfecto nunca llegue o sí. Porque al ponerte en acción, estás creando circunstancias que harán que más adelante, sea más fácil que ocurra lo que necesitas.

Agarra las oportunidades

Cuando estás en el camino hacia tus objetivos, es el momento en que estás preparada/o para detectar esas oportunidades que antes se te escapaban. ¿Suerte? ¿Ahora existen y antes no? Seguramente siempre hayan estado, pero bien porque no las veías, o bien porque no habías emprendido ninguna acción, no habías creado las circunstancias adecuadas ni la forma de mirar estas.

Sigue estas estrategias, y haz que tu suerte cambie. Cuando algo no te funcione, revisa tu plan y haz los cambios necesarios para que este dé sus frutos. Y no esperes a que te den las uvas.

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