La avena es uno de los cereales más consumidos desde tiempos ancestrales. Sus cualidades nutritivas y energéticas le han hecho merecedora del título “reina de los cereales”, su contenido en proteínas, vitaminas, hidratos de carbono y nutrientes es muy superior al de otros cereales.
Muchos expertos aseguran que el mejor momento para consumir avena es la hora del desayuno, ya que aporta una gran cantidad de nutrientes y la sensación de estar lleno durante bastantes horas, gracias a sus carbohidratos de absorción lenta, evitando así el picoteo tan poco saludable.
La avena contiene ácido linoleico y fibra que evitan que el colesterol pase al intestino, protegiendo así nuestro organismo contra la hipertensión o los infartos.
La avena también tiene propiedades anticancerígenas ya que contiene lignanos y fitoestrógenos, dos sustancias que ayudan a disminuir aquellos cánceres relacionados con las hormonas, como es el caso del cáncer de mama.
Asimismo, este cereal es una gran fuente de energía ya que tiene una gran cantidad de vitaminas como la vitamina E, B5, B6, y minerales como el manganeso, selenio, cobre y el hierro.
Otra de las virtudes de la avena es su efecto depurativo. Cuenta con una gran cantidad de aminoácidos que estimulan la producción de lecitina que tiene el hígado, favoreciendo así la eliminación de las toxinas de nuestro cuerpo.
El consumo diario de avena ayuda a mantener los niveles de calcio de nuestro cuerpo y favorece el correcto funcionamiento de la tiroides.
Sin duda, es un cereal que debemos incluir en nuestra dieta y consumir diariamente ya que nuestro organismo nos lo agradecerá. Puedes incluirla en tus desayunos mezclando unos copos de avena con un yogur o en el café. También puedes consumirla en forma de bebida con el agua de avena, leche de avena o en batido. Existen numerosas opciones para hacer de este cereal el mejor aliado en el cuidado de nuestra salud ¿A qué estás esperando?
