Mitos sobre productividad que se deben ignorar

Nosotros mismos hemos dedicado algún que otro post a la productividad laboral, dando claves y hablando de la importancia que tiene en el funcionamiento de las compañías. Pero hay que tener muy claro las diferentes acepciones que tiene la palabra productividad y como varían en función de la actividad que se realice y del momento en el que nos encontremos nosotros y nuestra empresa.

Existen muchos consejos, claves para llegar a ser un trabajador productivo y por lo tanto conseguir los objetivos que perseguimos pero el problema llega cuando nos centramos en la productividad como concepto y no en el objetivo final que perseguimos. He aquí algunos mitos que los profesionales de la materia creen que que se deben desterrar de nuestro día a día:

  1. Buscar una técnica infalible para almacenar tu correo electrónico: lo importante no es dar con un sistema infalible que agilice la búsqueda de e-mails en nuestra bandeja de entrada, sino apelar a la lógica cada vez que queramos llegar a un mensaje.
  2. Establecer prioridades: las prioridades no se establecen, se tienen o no se tienen, así que más vale hacer un reset de vez en cuando, de manera que dichas prioridades se reordenen de manera natural. Normalmente, la intuición a la hora de priorizar tareas es algo que funciona.
  3. Comenzar el día consultando la lista de tareas por hacer. Las tareas del día que tenemos por delante no deben determinarse a primera hora de la mañana, sino la víspera anterior, momento en que todavía nos queda cierto margen de flexibilidad para descartar aquellas que no sean urgentes o incorporar a la lista aquellas que han surgido en el último momento y hemos catalogado como prioritarias.
  4. Tomar pausas de manera regular. Uno no puede generalizar y aconsejar a los demás tomarse una pausa de cinco minutos por cada 60 o 90 minutos trabajados. Es posible que haya gente a quienes les funcione, pero también es probable que haya quienes prefieran enfrascarse en un asunto durante tres o cuatro horas seguidas hasta darlo por finiquitado, o quienes tras 30 minutos de concentración absoluta necesiten un break. En cualquier caso, no fuerces o pospongas los descansos en función a las estadísticas y tómate un respiro cuando realmente sientas que lo necesitas.
  5. Actuar de inmediato. Uno no debe ponerse manos a la obra en cuanto se le asigna una tarea, sino que debe terminar aquella en la que estaba concentrado para pasar página y centrarse por entero en la siguiente. De lo contrario, no estaremos respondiendo ante las demandas, sino reaccionando, sin más.
  6. Administrar el tiempo. Estadísticamente, está comprobado que todos tenemos entre dos y tres horas diarias donde damos lo mejor de nosotros mismos y somos más productivos, creativos y proactivos. Debemos reconocer cuándo nos sentimos así para obrar en consecuencia y distribuir las tareas en función de nuestros propios ritmos.

Fuente: equiposytalento.com

Foto: grupoapc.com

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